jueves, 29 de septiembre de 2011

Inmolación


Sufre un peligro inminente de derribo, intuido bajo la oscuridad espectral, cuando percibe la presencia de una sombra acechante y su febril espera. Corro peligro de derrumbe, piensa con cierta apatía impostada, en su  ordenado caos, en la contenida violencia de barbarie universal. Realmente sufro peligro de derribo, consiente en la turbia encalmada, entre espasmos sedicentes de nervosidad cortante. 
Verdaderamente hay peligro de derribo, el asfalto es una especie de sudoración negra,  un tiempo muy quieto dentro de un espacio demasiado débil. Hay peligro de desastre, muchos cuerpos invadidos de un sentimiento de agobio óseo, como cuando la rigidez colérica se disfraza de mortandad. Hay peligro de ruina, un peligro de abandono, el sortilegio premioso de una dejadez extenuante. Hay un vórtice tormentoso en el arma que se despereza, se avecina el tortuoso vendaval. Todo empuja a la tragedia. Ante el trance de la quietud, hay abierta una negociación con la muerte, el terror avanza, la nave va. Explota.

© Guillermo Escribano

2 comentarios:

Francesc Cornadó dijo...

Hay un peligro inminente de derribo, las vigas crujen, se agrietan los muros de contención y las paredes maestras. No creo que exista ni un apuntalamiento ni un apeo que pueda evitar la ruina.
Que no nos pase nada.
Salud
Francesc Cornadó

Guillermo Escribano dijo...

Desde luego, amigo. Tu sabes de eso bastante más que yo. Gracias por seguir leyendo, he estado un poco abandonado últimamente. Igual necesito un apuntalamiento.
Salud