Debería investigarse...

Queridos fans y seguidores de Tu misterio Corredero. Dos puntos

A mi inveterada costumbre de relajarme fumando puros, se une una insaciable curiosidad por la contemplación de objetos y mamíferos. Encender un puro es una especie de ejercicio previo de relajación que me ayuda a concentrarme en esa labor.
De un tiempo a esta parte he venido padeciendo o disfrutando, según lo mires, de un fenómeno fisiológico curioso y del que me gustaría conocer algún estudio o estadística comparada. El caso, si merece tal apelativo y no se trata de una consecuencia de científica o lógica inmediatez, es que a mitad de puro me entran unas enormes, que no creo casuales, ganas de cagar y eso me corta bastante el rollo contemplativo.

Descartando la posibilidad de compatibilizar ambos placeres por motivos evidentes de concentración, me pregunto si esto será motivo de investigación. Añadiré que si el puro es de procedencia dominicana al sabor más dulce y al aroma acanelado de la fumada le corresponden idénticas propiedades amén de unos tonos cromáticos más claros de la caca que cosecho en la mitad del paladeo de este material. Eso me ocurre con los Vega Fina que uso de diario. Cuando se trata de un habano, un Cohiba Espléndido por ejemplo, el daño es doble: el anal, por el tamaño y su textura leñosa, y el económico porque desperdiciar medio Espléndido cuesta casi diez euros. También en este caso el aroma de cafetal y color castaño oscuro se trasladan, así como su tamaño, por ese fenómeno que trato de describir, a mi cagada; como si mi culo fuera una especie de trazadora analógica de lo que ocurre en el mundo del humo.
Los amigos a los que he consultado siempre me salen con la gilipollez esa de la fase mamaria y anal, del acto reflejo de los bebés y todas esas paparruchas, pero yo ya he cumplido los cuarenta y además he seguido intentando mamar con mayor o menor fortuna toda mi vida. Me gusta fumar y el aroma de los puros y punto. No fumo un puro por vagas conexiones psicológicas ni para saciar ningún instinto sexual, tampoco uso un cortapuros con un pezón ni enciendo una teta, ni mucho menos creo que las chicas que fuman puros lo hagan por falta de algún apéndice para llevarse a la boca.
Creo que un estudio de estas características se enfrentará a muchos obstáculos antes de llevarse a cabo: los anti fumadores y las grandes multinacionales del sector farmacéutico parecen obvias, pero... ¡coño, podemos ayudar a la maltrecha economía cubana en un gran ejemplo de solidaridad!
Otras ventajas de las posibles aplicaciones prácticas son de índole económica: dando unas caladitas a los animales domésticos podríamos ayudar a controlar y regular las salidas de estos y acabar con esas odiosas bolsitas de plástico negras con las consiguientes mejoras medioambientales. Bastaría con simultanear las caladas y cagadas de dueño y perrito y, en un solo tirón de cadena, unir el destino de las cacas de ambos en su azaroso deambular por los servicios de alcantarillado del municipio.
Finalmente, si hay por ahí algún amig@ que experimente similares sensaciones, podríamos organizar algo como una asociación o una gran purada con su correspondiente cagada para llamar la atención de los poderes públicos sobre la inversión en I+D+i. A ver si entre todos levantamos el país y de paso se sacia mi curiosidad. Por otro lado, yo estoy muy contento de poder compatibilizar ambos placeres aunque me gustaría sincronizar ambos y no tener que desperdiciar tanto tabaco.