sábado, 28 de abril de 2012

HAY VIDA DESPUÉS



Maniatado a besos por la mujer que no existe,
tras la puerta que no se abre nunca
mana la última eyaculación del ahorcado,
como tragos de anís del mono vomitados
en una comuna de colgados.

Éstos contemplan arrobados a la santa
levitando hasta alunizar en el escaparate
de la agencia que anuncia vuelos low-cost
del santo necio de la ciudad de Cupertino.

Una mujer pasea una bolsa de Mercadona,
la cabeza de su marido entre los tomates,
mientras las beatas del barrio, enganchadas
perras en celo, se enredan en su rabioso furor
al tirar de la cadena del retrete.

Todas las evidencias, todas deambulan
en la jaula reciclada de material insomne,
entre arrugas acartonadas de sábanas
que huelen a flujos, anís y semen,
Pero hay vida después del amor y el éxtasis.

2 comentarios:

Amando García Nuño dijo...

Casi no mola la vida, en habiendo amor y éxtasis. Y anís del Mono. Bajo corriendo al Mercadona, a comprar una botella. Si no sospechara que te importa un pepino, diría que el poema es cojonudo. Salud, compañero. Firmado: Amando, desde la jaula de material insomne.

Guillermo Escribano dijo...

Buena la hemos liao