no lo dudes si estás hambrienta come de mi carne lo
que apetezcas
¿acaso está demasiado hecha para tu gusto? es un
barato menú del día
mastica sin mirar la pila amontonada de laceraciones
caducadas
sobre las facturas vencidas y devueltas a las acreedoras flores muertas
come no tengo otra cosa que ofrecerte ¡ah, sí! luego
podrías
soplar sobre una taza de café recalentado con mis
últimas brasas
lo beberás y dejarás los posos para la improbable siguiente
o para la anterior si acaso volviera de la sirga en la vieja ciénaga
1 comentario:
Hay apetitos que matan.
Salud
Francesc Cornadó
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