martes, 1 de noviembre de 2011

Parte del cambio de Guardia-II


II

Yo, que he vuelto del siglo XXV para cubrir mi guardia
me he encontrado en el triste y gris rincón
de una de las viejas librerías de la época tardía
del papel manufacturado e impreso con una primitiva
codificación del lenguaje, palabras, frases y otros
símbolos de acentuación. ¿Porqué extraño sortilegio
creen ellos, con inocente criterio, que sus vidas
aquí, en el barrio de Chambéry, campamento napoleónico,
es menos triste que en los bosques que lo precedieron?
¿Es mejor su democracia que la dictadura del imperio?
¿Son mejores sus revueltas que las de las milicias de
que subieron las calles Luchana y Fuencarral desde Malasaña atacando, 
Daoiz y Velarde al frente, al campamento francés?
Todos ustedes, con seguridad lo saben, pisan las calles
asfaltadas de las tierras que pertenecieron a la orden
del Temple, hasta su desaparición en el siglo XIV.
No hace falta insistir en que este conocimiento
deben transmitirlo a sus hijos, ya que la educación
pública no da para nada más que para manejar
herramientas de sumisión y hacer ciudadanos
unipensantes y obedientes. Aquí, sin movernos ni un palmo
estamos en el sitio donde fueron abatidas más
de mil piezas de caza. Más nos valdría enseñar a cazar
y a practicar la puntería tal como se van a desarrollar
los acontecimientos, desatándose la incivilidad, hermana
fea de la imbecilidad, hasta culminar el siglo XXII
en el Gran Desastre, cuando todo quedará reducido
a escombros: cosas, creencias y casas; cuando la lava
ciegue los túneles del metro y otras obras innecesarias
y Chamberí vuelva a ser el coto para cazar las piezas
humanas que aun guardarán algún libro impreso.
Los salvajes armados les acusaran del Desastre.
Todo eso estaba decidido de antemano.

© Guillermo Escribano

No hay comentarios: