jueves, 3 de marzo de 2011

Tráfico de Campaña


Un hombre oscuro, con cabeza de gallo y camisa de chorreras con lunares, azuza con su mano femenina, la derecha, a un caballo blanco alado y con cola de plumón con matices de sudoración. La cabeza del caballo, se vuelve y nos enseña su perfil: es el de un jabalí. El jinete, a lomos de su cabalgadura, asciende por un cielo negro.

.....Lo sombrío del entorno y la velocidad vertiginosa de su ascensión no le permiten contemplar que el cielo está techado. Sobre la escayola, que amarillea por el paso del tiempo, alguien ha pintado trece triángulos y un trapecio con grueso trazo de carboncillo. Los lados de las figuras se cortan, pacificus intersectio. No cabe duda, Paul Klee es el graffitero de esa techumbre celeste. Apoyado sobre el trapecio, un círculo tumbado hace señas, extiende sus brazos alarmado ante el inminente accidente que puede sufrir el fenómeno alado.

.....En ese mismo instante se interpone una señal, un triángulo doble a tinta sobre pergamino. En el interior del triángulo unas manchas con forma de bisonte son observadas, desde la esquina del vértice derecho y fuera del espacio limitado por éste. Los observadores son una letra I y cuatro hombrecillos alineados, tras la mayúscula, con un puntito en la cabeza. Ya no hay duda, se trata de una de las páginas de Occulta philoshofia, editada en 1.533 de Agrippa von Nettesheim.
.....El hombre oscuro detiene su montura y baja a escudriñar los misterios contenidos en esta y otras páginas del pergamino. La curiosidad le salva de estrellarse contra el techo de Klee. El caballo, aburrido de la espera, emprende el vuelo hacia la eternidad.
.....Atención, pues, a las señales de prohibición y a los mensajes de la Dirección General de Tráfico. Si no entiendes una señal, haz un esfuerzo de comprensión: reflexiona, estudia. Las personas que no entiendan todo lo que precede deberían ser privadas de su licencia de conducción, aunque sea el mismísimo Director General de Seguridad. O deberían irse al inframundo, incluso al infierno.

© Guillermo Escribano

2 comentarios:

Caballo de fuego/Horse of fire dijo...

Enrique Cornelio Agripa de Nettesheim.Un gran caballo de fuego.

No se pero me asombro leyendo sus cosas.

Guillermo Escribano dijo...

Querido Caballo/Horse,
Gracias por seguirme, espero que tu asombro no lo sea de espanto.
Un abrazo, amigo