sábado, 5 de noviembre de 2011

Parte del cambio de Guardia-IV



IV

Como el escarabajo que camina
Decidido,  y que huye cuando lo volteamos
con saña, volviendo sobre sus pasos,
así nos coloca la vida, panza arriba
agitando en el vacío nuestros vicios,
indefensos hasta alcanzar el apoyo
necesario para sustentarnos sobre los
viejos principios, esos que nos condenan
irremisiblemente de vuelta, con pasos
apresurados al mismo estado de miseria.

                                               (Junto a la firma figura la fecha del 23 de diciembre de 2.010)

Le suceden las voces posteriores de otros
que, como falsas parras, sangran todos sus otoños.
Los viejos oficios, las revueltas animadas,
los jueces vendidos, los pordioseros,
los hijos de puta y los raperos
ladran como lo hacen los perros,
aterrados, en defensa de un territorio cómodo
con bobas proclamas contra la ley natural.
Colocan a un insensato sin formación
al frente del gabinete de la gobernación.

Celebran, como hacen los grajos,
asambleas en vísperas de Todos los Santos.
Recuerda el dicho viejo de que el
mal pajarillo, la lengua tiene por cuchillo.
Ejercen contra las víctimas la violencia
del silencio oprobioso y se convierten
en escarabajos agrillus planipennis
que ha matado millones de árboles
y amenaza a 7 billones de fresnos.
Un simpático animal, un escarabajo Gandhi
que acabará con las guitarras del continente,
nadie nos defenderá ya de las serpientes
¿con que madera dibujaremos el círculo protector?

Las melíades ya no danzarán el baile del deseo
no podremos fermentar el aguamiel.
Fin de la poesía nórdica, si no lo remediamos.
Serán los lémures vagando por la noche
los que nos atormenten y volveremos
a ladrar, atemorizados por nuestras sombras.
Eso vino a decir Hans Holb en sus escritos
Con la criminal clarividencia del odio.

© Guillermo Escribano

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